ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

domingo, 29 de diciembre de 2013

"Justicia ya, riqueza para todos" (Revista Proceso, 29 de diciembre, 2013)

Un niño con desnutrición en Oaxaca//Foto: Félix Reyes, Proceso
El inicio de un nuevo año es un excelente momento para soñar con un mundo más pacífico, justo y democrático, así como para fijar metas concretas que orienten nuestros esfuerzos durante los próximos 12 meses. El problema más grave en México es la enorme desigualdad que existe entre un puñado de familias oligárquicas que todos los días se quedan con una parte más grande de la riqueza nacional, y los millones de mexicanos pobres o de “clase media” que tienen que trabajar cada vez más para apenas mantenerse en el mismo nivel de sobrevivencia. Nada justifica esta situación de enorme injusticia, y todos deberíamos redoblar nuestros esfuerzos para combatir este mal durante el año que está a punto de iniciar.

En principio, a cada mexicano le debería tocar una parte igual de la riqueza nacional. De acuerdo con los mejores cálculos internacionales, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México hoy equivale aproximadamente a 10 mil dólares, o 130 mil pesos mexicanos, por año. Es decir, el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos en el territorio nacional durante 12 meses alcanzaría para que todos y cada uno de los mexicanos, incluyendo niños y personas de la tercera edad, recibieran un salario de aproximadamente 11 mil pesos mensuales.

Si México fuera un país justo, una familia de cuatro personas ganaría 44 mil pesos al mes. Quienes hoy reciben menos de esta cantidad, independientemente de su actividad laboral, están siendo explotados injustamente y tienen pleno derecho de protestar y demandar su justa porción de la riqueza nacional. En cambio, quienes ganan más de esta suma tendrían que ofrecer argumentos de peso, aceptables para todos, si pretenden validar su posición de privilegio dentro de la economía nacional.

Un ejercicio similar tendría que hacerse no solamente con respecto a los ingresos nacionales, sino también con respecto a la riqueza nacional. Esto significaría repartir de manera equitativa todas las ganancias generadas en un año, y también la totalidad de bienes y servicios acumulados a lo largo de las últimas décadas y poseídos hoy por los mexicanos. Si bien es muy difícil encontrar cifras confiables con respecto a la concentración de la riqueza, las cantidades son sin duda mucho mayores, y su redistribución generaría condiciones de mejor bienestar para decenas de millones de mexicanos...

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