ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

miércoles, 10 de noviembre de 2010

"EU: el embate que viene" (Revista Proceso, 7 de noviembre de 2010)

Hoy que el Partido Republicano ha reconquistado la Cámara de Representantes y expandido su poder en el Senado del país vecino, se esfuma la tenue esperanza que todavía algunas mentes ingenuas albergaban de que la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos iba a implicar una mejora en el trato político hacia México y los mexicanos. Hoy como nunca, la clase política mexicana tendría que defender enérgicamente los intereses nacionales frente al embate que se acerca.

Desde el principio de su mandato, Obama mostró un notable desinterés sobre el bienestar del pueblo mexicano. En las dos ocasiones que visitó nuestro país se limitó a participar en breves reuniones burocráticas y no hizo esfuerzo alguno por mostrar mayor diplomacia ciudadana o por buscar interlocución con la pluralidad de la clase política. Asimismo, las dos visitas que Felipe Calderón hizo a Obama en Washington estuvieron repletas de protocolo y buenos deseos, pero en ambas ocasiones el mandatario mexicano regresó con las manos vacías.

En general, ha habido un estancamiento en las relaciones bilaterales y una clara continuidad de las políticas de George W. Bush hacia México. Bajo la administración de Obama, la cantidad de deportaciones de connacionales sin papeles ha llegado a un récord histórico, se ha militarizado al extremo la frontera y se han “estrechado los lazos” en materia de cooperación militar como nunca en la historia.
A partir de ahora, sin embargo, la situación podría empeorar aún más. Antes, el Partido Republicano todavía jugaba con la posibilidad de incorporar a los “latinos” dentro de sus filas, apelando a la importancia de la religión y del concepto de familia tradicional que supuestamente compartirían con este sector de la población. Como parte de dicho proyecto, hace años el mismo senador John McCain impulsó una importante iniciativa que habría permitido la legalización de millones de mexicanos en Estados Unidos.

Artículo completo disponible en: Revista Proceso, El Mexicano