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lunes, 14 de septiembre de 2015

"Encarar al narcogobierno" (La Jornada, 14 de septiembre, 2015)

John M. Ackerman

El ataque a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa hace un año no fue cualquier crimen que se debeesclarecer, sino un acto de represión política que se debe castigar al más alto nivel. No tiene ningún sentido seguir rogando justicia a las mismas instituciones delnarcogobierno mexicano responsables por la desaparición y el asesinato de los jóvenes activistas. La única forma para conocer la verdad sobre lo que realmente ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, sería por medio de una investigación totalmente autónoma sin relación con la administración de Enrique Peña Nieto.

El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) ha confirmado lo que la sociedad mexicana tenía claro desde un principio. Peña Nieto es un cínico mentiroso que se burla constantemente del pueblo mexicano y cuya principal función es poner las instituciones del Estado mexicano al servicio de los más oscuros intereses oligárquicos, mafiosos y delincuenciales. El nombramiento de Arturo Escobar como nuevo subsecretario de Prevención del Delito es el ejemplo más reciente del mismo.

Los expertos internacionales han revelado la abierta complicidad tanto de la Policía Federal como de las fuerzas militares con el crimen de lesa humanidad cometido contra los normalistas. También han exhibido al ex procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, como probable delincuente, encubridor de torturadores, narcotraficantes y corruptos. Se confirma la responsabilidad directa de Peña Nieto, como comandante en jefe de las fuerzas armadas y mando superior de Murillo Karam y Osorio Chong, en la desaparición y el asesinato de los jóvenes.

Ahora bien, es un grave error representar a los estudiantes de Ayotzinapa como simples víctimas de un narcogobierno sin límites. La sistemática persecución de los normalistas durante tres horas y la realización de nueve ataques contra 180 personas aquella noche, no puede explicarse por algo tan circunstancial como la posible equivocación con respecto a un autobús cargado de droga...

TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN LA JORNADA